Qué tal, camaradas de las tragaperras, aquí estoy otra vez, persiguiendo el sueño del jackpot mientras las máquinas me miran con esa cara de "sigue intentándolo, iluso". Ayer me tocó una sesión épica: 50 tiradas, luces parpadeando como si estuviera en una discoteca de los 80, y al final, ¿sabéis...