Claro, estoy de acuerdo en que aquí no hay espacio para milagros, todo es análisis puro y duro. Lo que dices de las estadísticas y las superficies es clave, pero yo le añadiría un toque más: el factor mental de los jugadores. En la ATP y la WTA, a veces ves a alguien que viene de una racha buena y se confía demasiado, o al revés, uno que está en mala forma pero justo en ese torneo da la sorpresa porque juega sin presión. Yo, por ejemplo, siempre miro cómo han estado rindiendo en los últimos tres o cuatro torneos, no solo en el más reciente, para pillar esas tendencias que no siempre saltan a la vista.
Lo del límite del 5% de la banca me parece sólido, yo hago algo parecido pero lo ajusto según el riesgo. Si el partido es muy impredecible, bajo al 2% o 3%, porque prefiero ir despacio y no quemarme en una sola jugada. También me fijo en los enfrentamientos directos entre los jugadores, porque hay algunos que, por estilo o pura cabeza, siempre le complican la vida a ciertos rivales, aunque las apuestas no lo reflejen. Al final, como dices, ganar es cuestión de cabeza fría: estudiar, controlar el riesgo y no dejarse llevar por corazonadas. Eso sí, a veces el tenis te da cada sorpresa que te hace dudar de todo el sistema, pero ahí está la gracia, ¿no?