¡Ojo, amigos! Estamos entrando en una temporada de triatlones que promete ponernos los nervios de punta, y no precisamente por la emoción del deporte, sino por lo que puede hacerle a nuestras apuestas. ¿Han visto cómo están los tiempos últimamente? ¡Un caos total! Las transiciones entre natación, ciclismo y carrera están siendo un rompecabezas impredecible, y si no ajustamos el radar, nuestras carteras van a sufrir más que un novato en su primer Ironman.
Empecemos por la natación. Con las corrientes cambiando como si tuvieran vida propia, los favoritos no siempre están saliendo del agua en cabeza. El otro día vi a un outsider dar la sorpresa y dejar a los grandes nombres tosiendo agua salada. ¿Y qué me dicen del ciclismo? Los vientos cruzados están jugando sucio esta temporada, y los que parecían imbatibles en las subidas ahora llegan con la lengua fuera. Ni hablemos de la carrera a pie: el calor está haciendo estragos, y los que no gestionan bien sus reservas se están desplomando como fichas de dominó.
Esto no es para asustarlos, pero sí para que abran los ojos. Apostar a ciegas por los nombres de siempre ya no es una opción. Hay que mirar más allá: los datos de entrenamientos recientes, cómo se adaptan al clima y hasta si han tenido un resfriado la semana pasada. Por ejemplo, cuidado con esos atletas que brillan en condiciones estables pero se derrumban cuando el tiempo se pone loco. ¡Y no se fíen solo de las cuotas! Las casas de apuestas también están despistadas con este descontrol.
Mi consejo: vayan por los tapados que han mostrado resistencia en carreras caóticas. Busquen a esos triatletas que no se achican cuando el viento les pega en la cara o cuando el sol quema como horno. Y ojo con las apuestas en vivo, porque las remontadas están a la orden del día. Eso sí, no se pasen de confiados, que un mal día en la transición te arruina el boleto en un parpadeo. ¿Alguien más está viendo este desastre venir? ¡Compartan sus trucos antes de que nos ahoguemos todos!



Empecemos por la natación. Con las corrientes cambiando como si tuvieran vida propia, los favoritos no siempre están saliendo del agua en cabeza. El otro día vi a un outsider dar la sorpresa y dejar a los grandes nombres tosiendo agua salada. ¿Y qué me dicen del ciclismo? Los vientos cruzados están jugando sucio esta temporada, y los que parecían imbatibles en las subidas ahora llegan con la lengua fuera. Ni hablemos de la carrera a pie: el calor está haciendo estragos, y los que no gestionan bien sus reservas se están desplomando como fichas de dominó.
Esto no es para asustarlos, pero sí para que abran los ojos. Apostar a ciegas por los nombres de siempre ya no es una opción. Hay que mirar más allá: los datos de entrenamientos recientes, cómo se adaptan al clima y hasta si han tenido un resfriado la semana pasada. Por ejemplo, cuidado con esos atletas que brillan en condiciones estables pero se derrumban cuando el tiempo se pone loco. ¡Y no se fíen solo de las cuotas! Las casas de apuestas también están despistadas con este descontrol.
Mi consejo: vayan por los tapados que han mostrado resistencia en carreras caóticas. Busquen a esos triatletas que no se achican cuando el viento les pega en la cara o cuando el sol quema como horno. Y ojo con las apuestas en vivo, porque las remontadas están a la orden del día. Eso sí, no se pasen de confiados, que un mal día en la transición te arruina el boleto en un parpadeo. ¿Alguien más está viendo este desastre venir? ¡Compartan sus trucos antes de que nos ahoguemos todos!



