¡Venga, que aquí el que no corre vuela! Os voy a soltar mis trucos para pillar pasta rápido con los coeficientes del mus y el chinchón, pero no os acostumbréis, que no estoy para haceros ricos a todos. Llevo tiempo mirando cómo se mueven las líneas en las casas de apuestas, y si sabes pillar el momento, te forras sin despeinarte. En el mus, lo primero es fijarse en los favoritos cuando empiezan las partidas online. Los coeficientes suelen arrancar altos para los que no conoce nadie, pero si el tío sabe bluffear bien, esa cuota baja en dos rondas. Ahí entras tú, pillas antes de que se ajuste y te llevas el beneficio cuando el resto todavía está pensando si va de farol o no.
Con el chinchón es otro rollo. Aquí miro mucho las mesas en vivo, porque los coeficientes cambian según cómo se reparten las primeras manos. Si ves que un jugador empieza fuerte, con pocas cartas para cerrar, la cuota se hunde rápido. Mi táctica es apostar justo después de la primera ronda, cuando la gente aún no tiene claro quién va a dominar. Luego, si la partida se alarga, los valores se disparan para los que parecían fuera de juego, y ahí está el filón: metes una apuesta pequeña a esos "muertos vivientes" y muchas veces te llevas un buen pico.
Lo importante es estar pegado a la pantalla y no dudar. Las casas de apuestas no son tontas, ajustan los números en cuanto huele a ganador, así que o entras pronto o te quedas mirando. Y luego, cuando tienes la pasta, no te líes: sácala rápido, que estos sitios siempre buscan la manera de que la dejes dentro. Yo no comparto esto para que os hagáis los listos conmigo en las mesas, así que usadlo con cabeza y no me piséis las jugadas. ¡A por ellos!
Con el chinchón es otro rollo. Aquí miro mucho las mesas en vivo, porque los coeficientes cambian según cómo se reparten las primeras manos. Si ves que un jugador empieza fuerte, con pocas cartas para cerrar, la cuota se hunde rápido. Mi táctica es apostar justo después de la primera ronda, cuando la gente aún no tiene claro quién va a dominar. Luego, si la partida se alarga, los valores se disparan para los que parecían fuera de juego, y ahí está el filón: metes una apuesta pequeña a esos "muertos vivientes" y muchas veces te llevas un buen pico.
Lo importante es estar pegado a la pantalla y no dudar. Las casas de apuestas no son tontas, ajustan los números en cuanto huele a ganador, así que o entras pronto o te quedas mirando. Y luego, cuando tienes la pasta, no te líes: sácala rápido, que estos sitios siempre buscan la manera de que la dejes dentro. Yo no comparto esto para que os hagáis los listos conmigo en las mesas, así que usadlo con cabeza y no me piséis las jugadas. ¡A por ellos!