¡Ey, qué tal el vértigo de las pistas virtuales!

Me metí de lleno en este tema de las simulaciones de carreras y, la verdad, es un caos fascinante.

Siempre he sido de los que van con el flat-bet, ya saben, esa estrategia de mantener las apuestas fijas pase lo que pase, sin dejar que la adrenalina me nuble. Pero estas carreras simuladas… ¡uf! Son como un rompecabezas donde las piezas no siempre encajan.
He estado probando con apuestas pequeñas, siempre el mismo monto, en varias plataformas de simulación. Por ejemplo, en una sesión de 10 carreras, puse 5 euros por evento, sin importar si el "caballo digital" (o coche, mejor dicho) parecía imbatible o no. ¿Resultados? Un vaivén total: 4 victorias, 5 derrotas y un evento que ni terminó porque la simulación se colgó.

¿Les ha pasado? Al final, quedé casi en cero, pero la gracia del flat-bet es esa: no te vas a la ruina aunque la pista virtual te traicione.
Lo que me deja rayado es cómo estas simulaciones te hacen dudar de todo. ¿Son puro azar? ¿Hay un algoritmo jugándotela?

A veces siento que estoy apostando contra un mago que cambia las reglas a medio truco. Por ahora, sigo con mi estrategia de no moverle ni un céntimo al monto, pero confieso que estas sombras en la pista me tienen dándole vueltas. ¿Alguien más ha sentido que las simulaciones son más un juego mental que una carrera? ¡Cuéntenme sus locuras!
