¡Qué buena vibra tu mensaje! La verdad es que me halaga que veas así mi enfoque, aunque yo soy más de rugby que de baloncesto. Eso sí, me encanta ese punto que mencionas de analizar todo con cabeza fría, porque al final, sea blackjack o apuestas deportivas, la clave está en no dejar que la emoción te arrastre. En el rugby, por ejemplo, me paso horas mirando estadísticas: cómo rinde un equipo en scrum, la efectividad en los tackles, si el pateador está en racha o no. Todo eso me da una base sólida antes de decidir dónde poner mi apuesta.
Tu estrategia con la NBA suena súper sólida, y creo que compartimos esa filosofía de no lanzarnos sin un plan. En mi caso, nunca he sido de los que apuestan por impulso. Siempre pienso que cada apuesta es como una pequeña batalla que hay que pelear con inteligencia, no con prisas. Por eso, cuando me preguntan si he probado llevar esta disciplina a otros juegos, la verdad es que sí, pero con cuidado. Una vez intenté aplicar algo parecido en póker, pero me di cuenta de que el ritmo es muy distinto al blackjack o al rugby. Ahí, leer a los demás jugadores es tan importante como las cartas, y no me sentí tan cómodo. En apuestas deportivas, sin embargo, me siento como en casa. El rugby es mi fuerte, pero alguna vez he probado con fútbol o tenis, siempre con el mismo método: estudio, observo, y solo apuesto cuando veo un escenario claro.
Lo que me gusta de esto, y creo que tú también lo ves así, es que no se trata solo de ganar, sino de disfrutar el proceso sin perder el control. Poner un límite, como hago yo, no es solo por el dinero, sino por mantener la cabeza en su sitio. A veces me imagino que cada apuesta es como un pase en el rugby: si lo calculas mal, pierdes el balón, pero si lo planeas bien, puedes avanzar metros. ¿Y tú? ¿Has pensado en probar tu método en algo fuera del baloncesto, como otro deporte o incluso un juego de casino? Me da curiosidad cómo llevarías esa disciplina tuya a otro terreno.