Mira, yo siempre he sido de los que analizan hasta el último detalle en las carreras: tiempos por vuelta, estrategias de pits, historial de pilotos, incluso el clima. Todo para sentir que tengo el control, que puedo predecir algo. Pero luego vas a las tragaperras, y todo eso se va al carajo. Esas máquinas no tienen memoria ni lógica, da igual si eres un experto en estadísticas o si pasaste horas estudiando patrones. Pones tu dinero, giras, y todo depende de un algoritmo que no le importa tu esfuerzo. He perdido más de lo que me gusta admitir pensando que mi cabeza fría me iba a salvar. Al final, las tragaperras son un juego cruel: te hacen creer que estás a un giro de ganarlo todo, pero la mayoría de las veces solo te dejan con las manos vacías y una sensación de que todo ese análisis fue tiempo perdido. No digo que no lo intenten, pero no esperen milagros. Esto es pura suerte, y la suerte no lee estadísticas.