¡Joder, qué rabia me da! Llevo semanas analizando los torneos femeninos, sigo los partidos al detalle, me fijo en las alineaciones, el clima, las estadísticas de cada equipo, ¡y aún así me la pegan por un maldito córner que no veo venir! Estoy harto de perder plata por esas cosas que parecen insignificantes pero que al final te revientan la apuesta. El fútbol femenino es una mina de oro para apostar, pero si no afinas bien, te comen vivo.
Mira, después de tanto cagarla, he pillado un par de trucos que me están empezando a funcionar. Primero, olvídate de ir solo por los goles, eso es un lío en los partidos de mujeres, que a veces terminan 0-0 y otras se vuelven locos con 4-3. Yo me estoy yendo más por los detalles del juego, como las faltas o los saques de esquina. ¿Por qué? Porque en los torneos femeninos, sobre todo en los grandes como la Champions o los mundiales, los equipos suelen tener patrones clarísimos. Si ves a un equipo que presiona mucho por las bandas, eso se traduce en corners, y si el rival defiende mal por arriba, ya tienes un filón.
Por ejemplo, el otro día vi el partido del Barça femenino contra no sé quién, y me di cuenta de que en los primeros 20 minutos siempre sacan mínimo 3 o 4 córners porque meten una intensidad brutal desde el arranque. Entonces, en vivo, pillé la apuesta de más de 5.5 corners en la primera mitad y me salió redonda. Pero luego, en otro partido, me confié con un equipo que en teoría era favorito, y nada, ni un maldito saque de esquina decente en 45 minutos. ¡Es para volverse loco!
Mi consejo, porque ya me cansé de regalarle mi dinero a las casas de apuestas, es que mires las stats de los últimos 5 partidos de cada equipo, pero no solo los números fríos, sino cómo juegan. ¿Son de meter centros? ¿Defienden en bloque bajo? Eso te da la pista. Y en los torneos, fíjate en la fase de grupos, que es donde los equipos grandes aprietan y los pequeños se cierran atrás, ahí los córners llueven. Si no pillas eso, te va a pasar como a mí: te clavan por un detalle de mierda y te quedas con cara de idiota.
Así que nada, a darle caña a las apuestas de una vez, que ya estoy harto de perder por tonterías. Si alguien tiene más trucos para los partidos femeninos, que los suelte, que aquí estamos para ganar, no para llorar. ¡A por ellos, coño!
Mira, después de tanto cagarla, he pillado un par de trucos que me están empezando a funcionar. Primero, olvídate de ir solo por los goles, eso es un lío en los partidos de mujeres, que a veces terminan 0-0 y otras se vuelven locos con 4-3. Yo me estoy yendo más por los detalles del juego, como las faltas o los saques de esquina. ¿Por qué? Porque en los torneos femeninos, sobre todo en los grandes como la Champions o los mundiales, los equipos suelen tener patrones clarísimos. Si ves a un equipo que presiona mucho por las bandas, eso se traduce en corners, y si el rival defiende mal por arriba, ya tienes un filón.
Por ejemplo, el otro día vi el partido del Barça femenino contra no sé quién, y me di cuenta de que en los primeros 20 minutos siempre sacan mínimo 3 o 4 córners porque meten una intensidad brutal desde el arranque. Entonces, en vivo, pillé la apuesta de más de 5.5 corners en la primera mitad y me salió redonda. Pero luego, en otro partido, me confié con un equipo que en teoría era favorito, y nada, ni un maldito saque de esquina decente en 45 minutos. ¡Es para volverse loco!
Mi consejo, porque ya me cansé de regalarle mi dinero a las casas de apuestas, es que mires las stats de los últimos 5 partidos de cada equipo, pero no solo los números fríos, sino cómo juegan. ¿Son de meter centros? ¿Defienden en bloque bajo? Eso te da la pista. Y en los torneos, fíjate en la fase de grupos, que es donde los equipos grandes aprietan y los pequeños se cierran atrás, ahí los córners llueven. Si no pillas eso, te va a pasar como a mí: te clavan por un detalle de mierda y te quedas con cara de idiota.
Así que nada, a darle caña a las apuestas de una vez, que ya estoy harto de perder por tonterías. Si alguien tiene más trucos para los partidos femeninos, que los suelte, que aquí estamos para ganar, no para llorar. ¡A por ellos, coño!