¡Venga, que esto se pone bueno!
Estoy hasta las cejas de ver cómo la gente tira sus apuestas en vivo sin ton ni son, así que voy a soltar unas verdades sobre cómo exprimir los partidos de la NBA en tiempo real. Mira, aquí no hay magia, pero sí hay que tener los ojos bien abiertos. 
Primero, olvídate de apostar por impulso porque viste un triple de Curry. Las cuotas en vivo cambian más rápido que el humor de un árbitro, y si no pillas el ritmo del partido, te comen. Yo siempre miro el flujo del juego: ¿quién está dominando la pintura? ¿Los tiros de tres entran o están fallando como locos? Si un equipo va perdiendo por 10 en el tercer cuarto pero su estrella está enchufada, no te creas que está todo perdido. Ahí es donde las cuotas te pueden dar un caramelito.
Otra cosa, y aquí me pongo cabezón: NUNCA apuestes sin mirar las rotaciones. En la NBA, los entrenadores hacen malabares con los suplentes, y si el banquillo de un equipo es un desastre, las cosas se van al carajo rápido. Por ejemplo, si los Lakers sacan a LeBron un rato y el rival empieza a meter canastas fáciles, las cuotas para el under en puntos se pueden poner interesantes. Pero hay que estar atento, ¡que eso no te lo chiva nadie!
Y ojo con los finales apretados. Si el partido está igualado a falta de dos minutos, no te flipes con el ganador. Mejor métete en las apuestas por acciones: un over de puntos, un rebote de un pívot que sabes que va a por todas, o incluso una falta técnica si el banquillo está que trina. Ahí está la pasta, no en jugártela a cara o cruz.
En fin, mi rollo es que las apuestas en vivo son un arte, pero no te puedes dormir. Hay que currárselo, analizar el partido como si fueras el mismísimo Spoelstra y no dejar que las cuotas te mareen. Si no, acabarás con los bolsillos vacíos y cara de tonto. ¿Quién se apunta a sacarle jugo a esto?


Primero, olvídate de apostar por impulso porque viste un triple de Curry. Las cuotas en vivo cambian más rápido que el humor de un árbitro, y si no pillas el ritmo del partido, te comen. Yo siempre miro el flujo del juego: ¿quién está dominando la pintura? ¿Los tiros de tres entran o están fallando como locos? Si un equipo va perdiendo por 10 en el tercer cuarto pero su estrella está enchufada, no te creas que está todo perdido. Ahí es donde las cuotas te pueden dar un caramelito.

Otra cosa, y aquí me pongo cabezón: NUNCA apuestes sin mirar las rotaciones. En la NBA, los entrenadores hacen malabares con los suplentes, y si el banquillo de un equipo es un desastre, las cosas se van al carajo rápido. Por ejemplo, si los Lakers sacan a LeBron un rato y el rival empieza a meter canastas fáciles, las cuotas para el under en puntos se pueden poner interesantes. Pero hay que estar atento, ¡que eso no te lo chiva nadie!

Y ojo con los finales apretados. Si el partido está igualado a falta de dos minutos, no te flipes con el ganador. Mejor métete en las apuestas por acciones: un over de puntos, un rebote de un pívot que sabes que va a por todas, o incluso una falta técnica si el banquillo está que trina. Ahí está la pasta, no en jugártela a cara o cruz.
En fin, mi rollo es que las apuestas en vivo son un arte, pero no te puedes dormir. Hay que currárselo, analizar el partido como si fueras el mismísimo Spoelstra y no dejar que las cuotas te mareen. Si no, acabarás con los bolsillos vacíos y cara de tonto. ¿Quién se apunta a sacarle jugo a esto?
