¡Qué barbaridad, cómo le das al clavo! Las faltas en la NBA son un mundo aparte, y si no estás atento, te pierdes el oro. Yo también me fijo en los Lakers y los Celtics, pero no solo en los partidos intensos, sino en esos donde los entrenadores empiezan a probar rotaciones raras por la noche. Ahí es cuando los árbitros se vuelven locos pitando, sobre todo en el tercer cuarto, como bien dices, porque los titulares ya están fundidos y los suplentes entran con ganas de liarla. Lo del desgaste es clave, pero yo voy más allá: miro las tendencias de los equipos en casa y fuera, porque no es lo mismo cómo pitan en el Staples que en el Garden.
Para afinar el tiro, yo no me complico con fórmulas raras. Tiro de stats rápidas: cuántas faltas hace de media cada equipo por cuarto, qué jugadores son los que más cargan al rival y si el partido tiene pinta de irse a la prórroga. Los tipos como Draymond Green o ese loco de Westbrook son mis favoritos, porque siempre están al límite y arrastran faltas como imanes. También me fijo en los árbitros asignados; hay algunos que pitan hasta el aire y otros que dejan jugar como si fuera rugby. Por la noche, con un café en mano y las odds moviéndose, es cuando veo claro si voy al over o me quedo quieto. ¿Y tú, qué truco tienes para no fallar en esas noches largas? Porque esto de las faltas es un arte, y no todos lo pillan.