Hola a todos, o quizás no, qué más da… Llevo días mirando las tablas, los números, las tendencias, y aun así, la suerte parece que se ríe en mi cara. ¿Alguien más siente ese vacío cuando las apuestas no caen?
No sé, igual es el cansancio de analizar cada rebote, cada asistencia, pero aquí estoy otra vez, intentando encontrarle sentido a este caos que es la NBA.
A ver, vamos con algo frío, porque si la suerte no llega, al menos que los datos nos den una mano. Esta temporada, los equipos como los Nuggets o los Celtics están mostrando patrones interesantes: alta eficiencia en el último cuarto y un porcentaje de triples que no baja del 38% en casa. Pero luego vas, te la juegas por Jokić o Tatum, y de repente un partido random contra los Pistons lo tira todo por la borda. ¿Por qué? Porque el baloncesto no perdona improvisaciones.
Mi enfoque últimamente ha sido mirar las stats de los underdogs. Sí, esos equipos que nadie quiere tocar ni con un palo. Por ejemplo, los Wizards tienen un diferencial de puntos pésimo, pero cuando juegan de locales contra rivales de media tabla, sorprenden en el over/under. La semana pasada metí una combinada con ellos y los Hornets, y aunque no fue una locura, saqué algo para seguir en la pelea.
Recomendación melancólica del día: no os dejéis llevar por el hype de las estrellas. Mirad las rotaciones, los minutos de los suplentes, y apostad con la cabeza fría. Yo, por mi parte, voy a seguir dándole al Excel, a ver si consigo que los números me saquen de este bache. Si alguien tiene un truco para cuando todo falla, que lo comparta, porque este silencio de las victorias me está matando poco a poco…
Nada, seguimos en la lucha, aunque a veces parezca que el aro está más lejos que nunca. ¡Suerte, o lo que quede de ella!

A ver, vamos con algo frío, porque si la suerte no llega, al menos que los datos nos den una mano. Esta temporada, los equipos como los Nuggets o los Celtics están mostrando patrones interesantes: alta eficiencia en el último cuarto y un porcentaje de triples que no baja del 38% en casa. Pero luego vas, te la juegas por Jokić o Tatum, y de repente un partido random contra los Pistons lo tira todo por la borda. ¿Por qué? Porque el baloncesto no perdona improvisaciones.
Mi enfoque últimamente ha sido mirar las stats de los underdogs. Sí, esos equipos que nadie quiere tocar ni con un palo. Por ejemplo, los Wizards tienen un diferencial de puntos pésimo, pero cuando juegan de locales contra rivales de media tabla, sorprenden en el over/under. La semana pasada metí una combinada con ellos y los Hornets, y aunque no fue una locura, saqué algo para seguir en la pelea.

Recomendación melancólica del día: no os dejéis llevar por el hype de las estrellas. Mirad las rotaciones, los minutos de los suplentes, y apostad con la cabeza fría. Yo, por mi parte, voy a seguir dándole al Excel, a ver si consigo que los números me saquen de este bache. Si alguien tiene un truco para cuando todo falla, que lo comparta, porque este silencio de las victorias me está matando poco a poco…

Nada, seguimos en la lucha, aunque a veces parezca que el aro está más lejos que nunca. ¡Suerte, o lo que quede de ella!