Qué tal, camaradas de la ruina digital. Aquí uno que ya está harto de las apuestas simples, esas donde te emocionas por un gol y luego te das cuenta de que el servidor se cayó justo antes del pitazo final. No, yo voy por lo grande, lo que te hace sudar en pixeles: combos virtuales de esos que te prometen la luna y te dejan con el crash del siglo. Ayer metí una línea con tres mapas de CS:GO, un par de carreras de caballos digitales y un tenis de mesa que ni los bots entendían. ¿Resultado? El contador de mi banca pasó de héroe a cero más rápido que un lag en semifinales. Si van a perder, háganlo con estilo, que para eso están los eSports y sus gloriosas combinaciones imposibles.