¡Eh, amigos, aquí no hay "hola" que valga, vamos directo al pelotón! Mientras todos están pendientes de quién se lleva el maillot amarillo, yo digo: ¿y si mejor nos enfocamos en el verdadero premio gordo? La quiniela ciclista está que arde y no hace falta pedalear cuesta arriba para sacarle jugo. Mira, el Tour está a la vuelta de la esquina y los sprinters ya están frotándose las manos, pero yo tengo el ojo puesto en las etapas de montaña. Ahí es donde se separa el trigo de la paja, y también donde las cuotas se ponen interesantes.
Fíjate en los últimos datos: los favoritos como Pogačar o Vingegaard siempre dan espectáculo, pero no te duermas con los outsiders. El año pasado, un colega mío apostó por un gregario que nadie veía venir en una etapa rompepiernas y se llevó una buena tajada. ¿Mi consejo? Analiza las escapadas. Esos valientes que se lanzan en solitario a 50 km de meta son oro puro para las quinielas si sabes leer el terreno. Y ojo con el clima, que una lluvia inesperada puede mandar al carajo los planes de los capos y abrir la puerta a sorpresas.
Total, que mientras los ciclistas se matan por un jersey que ni abriga, yo prefiero apostar a lo grande y brindar con algo más que agua del bidón. ¿Quién se anima a meterle cabeza a esto? ¡Que ruede la suerte!
Fíjate en los últimos datos: los favoritos como Pogačar o Vingegaard siempre dan espectáculo, pero no te duermas con los outsiders. El año pasado, un colega mío apostó por un gregario que nadie veía venir en una etapa rompepiernas y se llevó una buena tajada. ¿Mi consejo? Analiza las escapadas. Esos valientes que se lanzan en solitario a 50 km de meta son oro puro para las quinielas si sabes leer el terreno. Y ojo con el clima, que una lluvia inesperada puede mandar al carajo los planes de los capos y abrir la puerta a sorpresas.
Total, que mientras los ciclistas se matan por un jersey que ni abriga, yo prefiero apostar a lo grande y brindar con algo más que agua del bidón. ¿Quién se anima a meterle cabeza a esto? ¡Que ruede la suerte!