Qué fin de semana tan desastroso para los que seguimos los deportes al aire libre. La lluvia no dio tregua y, con ella, se fueron al traste demasiadas apuestas que parecían seguras. No hay nada más frustrante que ver cómo el clima se convierte en el verdadero protagonista, dejando a un lado el talento y la preparación de los atletas. Este sábado, por ejemplo, tenía una combinada sólida: ciclismo de montaña y una carrera de trail running que pintaban bien por las estadísticas de los favoritos. Pero llegó el aguacero y todo se volvió un caos. Los tiempos se dispararon, las caídas fueron inevitables y los outsiders aprovecharon el desorden para colarse en los podios.
Analizando lo que pasó, creo que subestimé el factor climático. Las previsiones daban lluvia, sí, pero no ese diluvio que convirtió los circuitos en lodazales. En el ciclismo, los favoritos como Martínez se fueron al suelo más de una vez, y en el trail, los corredores ligeros que suelen dominar en seco perdieron toda ventaja. Los datos históricos que usé para mis picks no contemplaban un escenario tan extremo, y ese fue mi error. A veces pienso que apostar en deportes al aire libre es como jugar a la ruleta: puedes tener la mejor estrategia, pero si el clima decide girar la mesa, no hay análisis que valga.
Para los que también perdieron este finde, ¿cómo lo vieron ustedes? Yo estoy replanteándome si vale la pena jugársela tanto en eventos así cuando las nubes se ponen feas. Quizás la clave está en ajustar las cuotas en vivo, aunque eso requiere estar pegado a la pantalla y reaccionar rápido, algo que no todos podemos hacer. Qué gris se siente esto cuando el sol no sale ni para los apostadores ni para los atletas.
Analizando lo que pasó, creo que subestimé el factor climático. Las previsiones daban lluvia, sí, pero no ese diluvio que convirtió los circuitos en lodazales. En el ciclismo, los favoritos como Martínez se fueron al suelo más de una vez, y en el trail, los corredores ligeros que suelen dominar en seco perdieron toda ventaja. Los datos históricos que usé para mis picks no contemplaban un escenario tan extremo, y ese fue mi error. A veces pienso que apostar en deportes al aire libre es como jugar a la ruleta: puedes tener la mejor estrategia, pero si el clima decide girar la mesa, no hay análisis que valga.
Para los que también perdieron este finde, ¿cómo lo vieron ustedes? Yo estoy replanteándome si vale la pena jugársela tanto en eventos así cuando las nubes se ponen feas. Quizás la clave está en ajustar las cuotas en vivo, aunque eso requiere estar pegado a la pantalla y reaccionar rápido, algo que no todos podemos hacer. Qué gris se siente esto cuando el sol no sale ni para los apostadores ni para los atletas.