¡Vaya, aquí estamos otra vez, rodeados de locos por el riesgo y yo aferrado a mi pequeño bote salvavidas de las apuestas seguras! No sé cómo lo hacéis, amigos, lanzándoos al abismo con esas cuotas imposibles. Yo, en cambio, me planto firme en mi terreno: un 1.01 es mi rey, mi castillo y mi...