¡Venga, que la ruleta no muerde, pero puede darte un buen pellizco si sabes cómo jugarle! Aquí va un buen rollo para los que están empezando y quieren sacarle el jugo a este juego sin complicarse la vida. Olvidaros de sistemas raros o matemáticas de doctorado, que esto no es una oposición, es diversión con cabeza.
Primero, pillad bien el rollo de la ruleta europea, que es la que manda en esto. Tiene 37 números, del 0 al 36, y el truco está en que el cero es el pequeño diablillo de la casa. Si cae ahí, te despides de la pasta a menos que hayas jugado con algo de picardía. Mi consejo: no os flipéis con apostar todo a un solo número esperando el milagro. Eso es para los valientes o los que tienen el bolsillo a reventar. Mejor id a lo seguro y jugad con las apuestas externas: rojo o negro, par o impar, alto o bajo. Ahí tenéis casi un 50% de opciones, y aunque no os vais a forrar de golpe, vais pillando ritmo y controlando el presupuesto.
Otro tema, las rachas. La ruleta no tiene memoria, así que no os creáis eso de “lleva cinco rojos, ahora toca negro”. Eso es un cuento chino. Pero sí podéis usar las rachas a vuestro favor. Si veis que el rojo está on fire, seguidle el rollo un rato, pero sin volverse locos. Poned un límite de lo que queréis gastar y otro de lo que queréis ganar, y cuando lleguéis a uno de los dos, a otra cosa, mariposa. Que la avaricia rompe el saco, y aquí no queremos dramas.
Y hablando de pasta, probad con la estrategia de la martingala, pero en plan light. Es simple: apostáis, por ejemplo, a rojo; si perdéis, dobláis la apuesta en el siguiente giro, y si ganáis, volvéis al inicio. Pero ojo, que esto no es magia, y si la cosa se tuerce mucho, os podéis quedar sin blanca rápido. Mi movida es usarla solo tres o cuatro giros y con apuestas pequeñas, que no estamos para sustos.
Por último, pillad una ruleta en vivo si podéis. No solo mola más ver al crupier dándole caña, sino que os metéis en el ambiente y os sentís pros de verdad. Eso sí, no os dejéis llevar por el postureo y apostéis como si fuerais jeques. Empezad suave, probad el terreno y, sobre todo, disfrutad del viaje. Que la ruleta es como una cita: si vas con prisas, te sale mal; si le pones calma y un poco de estilo, igual te llevas algo bueno. ¡A girarla como cracks!
Primero, pillad bien el rollo de la ruleta europea, que es la que manda en esto. Tiene 37 números, del 0 al 36, y el truco está en que el cero es el pequeño diablillo de la casa. Si cae ahí, te despides de la pasta a menos que hayas jugado con algo de picardía. Mi consejo: no os flipéis con apostar todo a un solo número esperando el milagro. Eso es para los valientes o los que tienen el bolsillo a reventar. Mejor id a lo seguro y jugad con las apuestas externas: rojo o negro, par o impar, alto o bajo. Ahí tenéis casi un 50% de opciones, y aunque no os vais a forrar de golpe, vais pillando ritmo y controlando el presupuesto.
Otro tema, las rachas. La ruleta no tiene memoria, así que no os creáis eso de “lleva cinco rojos, ahora toca negro”. Eso es un cuento chino. Pero sí podéis usar las rachas a vuestro favor. Si veis que el rojo está on fire, seguidle el rollo un rato, pero sin volverse locos. Poned un límite de lo que queréis gastar y otro de lo que queréis ganar, y cuando lleguéis a uno de los dos, a otra cosa, mariposa. Que la avaricia rompe el saco, y aquí no queremos dramas.
Y hablando de pasta, probad con la estrategia de la martingala, pero en plan light. Es simple: apostáis, por ejemplo, a rojo; si perdéis, dobláis la apuesta en el siguiente giro, y si ganáis, volvéis al inicio. Pero ojo, que esto no es magia, y si la cosa se tuerce mucho, os podéis quedar sin blanca rápido. Mi movida es usarla solo tres o cuatro giros y con apuestas pequeñas, que no estamos para sustos.
Por último, pillad una ruleta en vivo si podéis. No solo mola más ver al crupier dándole caña, sino que os metéis en el ambiente y os sentís pros de verdad. Eso sí, no os dejéis llevar por el postureo y apostéis como si fuerais jeques. Empezad suave, probad el terreno y, sobre todo, disfrutad del viaje. Que la ruleta es como una cita: si vas con prisas, te sale mal; si le pones calma y un poco de estilo, igual te llevas algo bueno. ¡A girarla como cracks!