¿Qué tal, compadres? Hoy vengo a contarles cómo me llené los bolsillos con las últimas carreras, porque cuando se trata de autos y velocidad, aquí el menda sabe cómo sacarle jugo al asunto. La semana pasada estuve dándole un buen repaso al Gran Premio de Australia, y no veas qué festival de curvas y adelantamientos. Me puse a analizar como loco las prácticas libres y la quali, porque ahí es donde se ve quién tiene el coche bien puesto y quién va a sufrir en carrera.
Mi estrategia fue clara: apostar fuerte por los que tienen hambre de podio pero no son los típicos favoritos. Fui directo por Leclerc, que siempre anda con el cuchillo entre los dientes, y le metí un buen pico a que quedaba entre los tres primeros. El Ferrari no estaba para ganar, pero ese tío sabe cómo exprimir el motor. Y luego, ojo al dato, me la jugué con Alonso en una combinada loca: top 6 y vuelta rápida. ¿Por qué? Porque el viejo zorro sigue teniendo manos de oro y el Aston Martin está dando guerra este año.
En la carrera, todo fue un caos precioso. Los Red Bull dominando como siempre, pero atrás se armó la de San Quintín con los McLaren y los Mercedes peleándose. Leclerc se marcó un par de adelantamientos de esos que te levantan del sofá, y Alonso, el muy crack, se coló en el top 6 mientras los demás se comían los pianos. La vuelta rápida cayó de su lado en las últimas vueltas, y yo ya estaba contando billetes antes del banderazo.
Total, que entre unas cosas y otras, me saqué un beneficio que casi me da para comprarme un alerón de repuesto. La clave está en estudiar bien las dinámicas: no te fíes solo de las cuotas bajas, que a veces los tapados te dan la sorpresa. Y si hay rumores de cambios de pilotos o equipos en el paddock, mantén los ojos abiertos, porque eso mueve el mercado más que un safety car en la última vuelta. ¡A seguir dándole gas, que esto no para!
Mi estrategia fue clara: apostar fuerte por los que tienen hambre de podio pero no son los típicos favoritos. Fui directo por Leclerc, que siempre anda con el cuchillo entre los dientes, y le metí un buen pico a que quedaba entre los tres primeros. El Ferrari no estaba para ganar, pero ese tío sabe cómo exprimir el motor. Y luego, ojo al dato, me la jugué con Alonso en una combinada loca: top 6 y vuelta rápida. ¿Por qué? Porque el viejo zorro sigue teniendo manos de oro y el Aston Martin está dando guerra este año.
En la carrera, todo fue un caos precioso. Los Red Bull dominando como siempre, pero atrás se armó la de San Quintín con los McLaren y los Mercedes peleándose. Leclerc se marcó un par de adelantamientos de esos que te levantan del sofá, y Alonso, el muy crack, se coló en el top 6 mientras los demás se comían los pianos. La vuelta rápida cayó de su lado en las últimas vueltas, y yo ya estaba contando billetes antes del banderazo.
Total, que entre unas cosas y otras, me saqué un beneficio que casi me da para comprarme un alerón de repuesto. La clave está en estudiar bien las dinámicas: no te fíes solo de las cuotas bajas, que a veces los tapados te dan la sorpresa. Y si hay rumores de cambios de pilotos o equipos en el paddock, mantén los ojos abiertos, porque eso mueve el mercado más que un safety car en la última vuelta. ¡A seguir dándole gas, que esto no para!