¡Ey, qué tal, cracks! Ayer me pasó una de esas que te hacen replantearte la vida. Minuto 85, el partido empatado, el delantero con todo a favor para meterla y... ¡pum! Al palo. Mi apuesta en vivo por el gol en los últimos 10 minutos se fue al carajo. Y no es la primera vez que el balón me la juega así. ¿A alguien más le ha pasado que confías en el instinto, ves el partido girar y luego te das cuenta de que la cartera está más vacía que el estadio en un amistoso? Esto de las live bets es un sube y baja, pero qué le vamos a hacer, ¡nos gusta el riesgo!