Vamos, que apostar al bobsleigh es como intentar predecir si tu suegra cambia de humor antes del café. Las pistas del Mundial están más locas que un culebrón: curvas imposibles, equipos que parecen cohetes un día y carretas al siguiente. Mi truco? Mira los tiempos de práctica, pero no te fíes de los favoritos; siempre hay un underdog que la lía en la segunda manga. Y si Alemania barre otra vez, no digas que no te avisé.