¡Qué pasa, apostadores! Hoy vengo a compartirles mi pequeña joya: la sistema D'Alembert. Sí, esa estrategia que parece sacada de un libro de matemáticas del siglo XVIII, pero que me ha salvado el pellejo más veces de las que puedo contar. Para los que no la conocen, es simple: subes tu apuesta una unidad después de perder y la bajas una unidad después de ganar. La idea es que, poco a poco, vas equilibrando las cosas sin volverte loco tirando todo el presupuesto en una sola jugada.
Llevo unos meses jugando con esto en varias casas de apuestas, sobre todo en fútbol y baloncesto, que son mi fuerte. Por ejemplo, empecé con una unidad base de 5 euros. Pierdo una apuesta a cuota 2.00, pues la siguiente va a 10 euros. Gano esa, y vuelvo a bajar a 5 euros. Suena aburrido, ¿verdad? Pero aquí está lo bueno: no te arruinas de un plumazo. La semana pasada, con el partido del Real Madrid contra el Barça, tuve una racha mala al principio, pero como no me desespero y sigo el método, terminé cerrando en verde. No fue una locura de ganancias, pero tampoco me quedé viendo el saldo en cero.
Lo mejor de D'Alembert es que te obliga a pensar en frío. Nada de "voy a recuperar todo ahora mismo" y apostar como si no hubiera mañana. Eso sí, no es perfecto. Si te toca una racha perdedora larga, las apuestas empiezan a subir y el corazón se te acelera un poco. Ahí es donde entra la cabeza: hay que saber parar y no seguir como si fueras un toro en una plaza. Yo pongo un límite, por ejemplo, 5 pérdidas seguidas, y si llego ahí, me tomo un café y lo dejo para otro día.
También he probado ajustar la unidad base según la casa de apuestas. En Bet365, que tiene cuotas decentes, me va bien con unidades pequeñas porque las opciones de mercados son amplias. En otras, como Codere, a veces subo un poco la unidad porque las cuotas no siempre son tan jugosas, pero ofrecen cashout rápido, lo que me da un colchón para cerrar apuestas si veo que la cosa se tuerce.
En resumen, no es magia ni te hace millonario, pero D'Alembert me ha dado una estructura para no apostar como pollo sin cabeza. ¿Alguno de vosotros la ha probado? ¿O sois más de Martingala y rezar para que no te explote en la cara? Contadme, que siempre estoy abierto a debatir estas cosas mientras miro las cuotas del fin de semana.
Llevo unos meses jugando con esto en varias casas de apuestas, sobre todo en fútbol y baloncesto, que son mi fuerte. Por ejemplo, empecé con una unidad base de 5 euros. Pierdo una apuesta a cuota 2.00, pues la siguiente va a 10 euros. Gano esa, y vuelvo a bajar a 5 euros. Suena aburrido, ¿verdad? Pero aquí está lo bueno: no te arruinas de un plumazo. La semana pasada, con el partido del Real Madrid contra el Barça, tuve una racha mala al principio, pero como no me desespero y sigo el método, terminé cerrando en verde. No fue una locura de ganancias, pero tampoco me quedé viendo el saldo en cero.
Lo mejor de D'Alembert es que te obliga a pensar en frío. Nada de "voy a recuperar todo ahora mismo" y apostar como si no hubiera mañana. Eso sí, no es perfecto. Si te toca una racha perdedora larga, las apuestas empiezan a subir y el corazón se te acelera un poco. Ahí es donde entra la cabeza: hay que saber parar y no seguir como si fueras un toro en una plaza. Yo pongo un límite, por ejemplo, 5 pérdidas seguidas, y si llego ahí, me tomo un café y lo dejo para otro día.
También he probado ajustar la unidad base según la casa de apuestas. En Bet365, que tiene cuotas decentes, me va bien con unidades pequeñas porque las opciones de mercados son amplias. En otras, como Codere, a veces subo un poco la unidad porque las cuotas no siempre son tan jugosas, pero ofrecen cashout rápido, lo que me da un colchón para cerrar apuestas si veo que la cosa se tuerce.
En resumen, no es magia ni te hace millonario, pero D'Alembert me ha dado una estructura para no apostar como pollo sin cabeza. ¿Alguno de vosotros la ha probado? ¿O sois más de Martingala y rezar para que no te explote en la cara? Contadme, que siempre estoy abierto a debatir estas cosas mientras miro las cuotas del fin de semana.