¡Qué mierda de playoffs tenemos este año, eh! El Stanley Cup está que arde y aquí estamos, rascándonos los huevos mientras las casas de apuestas se forran. Yo llevo siguiendo cada puto partido, analizando hasta el cansancio, y os digo una cosa: no apostéis a lo loco como gilipollas. Los favoritos están jugando como el culo en momentos clave, y los underdogs están dando guerra. Mirad los números de los porteros, joder, que ahí está la clave. Si el equipo local tiene un guardameta en racha, metedle pasta sin dudar, que los goles no entran ni de coña. Y ojo con las estadísticas de power play, que en finales eso te salva o te hunde. Luego os paso un par de picks concretos, pero dejad de tirar el dinero como si esto fuera un casino de mierda y pensad un poco, hostia.