¡Ey, runners del foro!
Correr un maratón ya es pura adrenalina, pero apostar en uno… ¡uf, eso es otro nivel! Las emociones te pueden jugar una mala pasada.
Por ejemplo, cuando ves a tu favorito liderando en el km 30, el corazón te grita “¡va a ganar!”, y quieres meterle todo. Pero, ojo, un mal paso o un calambre lo cambian todo.
Mi táctica es simple: respiro hondo, chequeo stats como el historial del corredor y el clima, y no me dejo llevar por el subidón. Si te emocionas de más, acabas apostando con el cuore y no con la cabeza. ¿Y vosotros, cómo controláis ese cosquilleo en las apuestas? 





