¡Ojo al dato, compadres! Si quieres pillar a tus rivales con las manos en la masa sin que sospechen, fíjate en cómo apuestan cuando la mesa está caliente. Los que dudan un pelín antes de subir la apuesta suelen estar más nerviosos que un flan en un terremoto, y eso te da pista de que van de farol o con una mano mediocre. Pero no te pases de listo, que si te pones a mirar fijamente como si fueras Sherlock, te calan. Hazte el despistado, cuenta las fichas como si nada y déjalos que se confíen. ¡Luego les metes el hachazo con un raise que no vean venir!