A estas alturas del circuito ATP, las cuotas empiezan a contar historias que no todos saben leer. No es solo cuestión de mirar quién viene fuerte o quién tuvo un buen arranque de temporada. Hay que meterse en los detalles: cómo se comporta un jugador en superficies rápidas o lentas, si viene de una lesión o si tiene un historial sólido contra rivales específicos. Por ejemplo, ahora que estamos en la transición entre pista dura y tierra batida, las casas suelen ajustar las cuotas con cierto retraso. Ahí está el hueco. Si pillas a un especialista en arcilla que aún no está en el radar de las masas, puedes sacar ventaja antes de que el mercado se estabilice. También vale la pena revisar las estadísticas de saques y restos; un tenista con un porcentaje alto de puntos ganados en el segundo servicio suele ser más fiable bajo presión, y eso no siempre se refleja en las líneas iniciales. No digo que sea fácil, pero con un poco de paciencia y ojo clínico, las ganancias se pueden exprimir de donde otros solo ven números.