A veces siento que los números me traicionan. Paso horas ajustando rangos, calculando odds, modelando cada escenario posible, pero en la mesa hay algo que se escapa. No es solo probabilidad, es como si el póker pidiera un instinto que no se aprende en ecuaciones. ¿Alguien más siente que le falta esa chispa cuando los cálculos no bastan?