Hola, qué tal, aquí va una más para el historial de desastres. Anoche volví a caer en la trampa de los expresos, esa idea loca de que con tres o cuatro partidos rápidos puedo multiplicar lo que tengo en la cuenta. Empecé con una combinada sencilla: un over 2.5 en un partido de la Premier, una victoria local en la Serie A y un "ambas marcan" en un duelo de La Liga. Todo pintaba bien, los números estaban de mi lado, las estadísticas, el instinto, todo. Hasta que llegó el minuto 85 del último partido y un defensa decidió que era buena idea regalar un penalti. Adiós a la apuesta, adiós al dinero, y adiós a mis ganas de dormir.
No sé cuántas veces me he dicho que voy a dejar de lado estas combinadas de infarto, pero siempre vuelvo. Es como si el subidón de imaginarte ganando en 90 minutos fuera más fuerte que la lógica. Y luego, cuando falla, te quedas mirando la pantalla, repasando cada jugada, pensando en qué salió mal. ¿Fue el equipo? ¿Fue mi elección? ¿O simplemente es que la suerte me odia? Lo peor es que no aprendo. Hoy ya estoy mirando otra combinada para esta noche, porque en el fondo sigo creyendo que "esta vez sí". Pero la verdad, estas noches sin dormir por culpa de los expresos me están matando poco a poco. ¿Alguien más atrapado en este ciclo o soy el único que no sabe parar?
No sé cuántas veces me he dicho que voy a dejar de lado estas combinadas de infarto, pero siempre vuelvo. Es como si el subidón de imaginarte ganando en 90 minutos fuera más fuerte que la lógica. Y luego, cuando falla, te quedas mirando la pantalla, repasando cada jugada, pensando en qué salió mal. ¿Fue el equipo? ¿Fue mi elección? ¿O simplemente es que la suerte me odia? Lo peor es que no aprendo. Hoy ya estoy mirando otra combinada para esta noche, porque en el fondo sigo creyendo que "esta vez sí". Pero la verdad, estas noches sin dormir por culpa de los expresos me están matando poco a poco. ¿Alguien más atrapado en este ciclo o soy el único que no sabe parar?