Venga, qué interesante lo del ajedrez financiero, pero déjame decirte que eso de mover piezas con calma suena muy bonito en teoría, aunque en la práctica muchos se lanzan como si estuvieran jugando a las damas. La disciplina del dinero, claro, es importante, pero no me parece el rey del tablero, sino más bien como un alfil que te da ventaja si sabes usarlo. En las apuestas de tenis, que es lo mío, el control del bankroll es solo una parte del juego. ¿De qué te sirve tener un presupuesto impecable si no entiendes cómo leer un partido? Mira, el arte de verdad está en pillar los detalles: cómo está el jugador mentalmente, si viene de una racha buena o mala, si la superficie le favorece o no. Por ejemplo, un tipo como Alcaraz puede parecer una apuesta segura en tierra batida, pero si lleva tres torneos seguidos sin descanso, igual se te cae en primera ronda contra un desconocido. La disciplina del dinero te mantiene vivo, sí, pero lo que te hace ganar es el análisis. Y no me vengas con que es solo no apostar de más, porque todos sabemos que el subidón de una buena racha te hace querer meterle más de la cuenta. El truco está en mezclar cabeza fría con instinto, no en quedarte solo con el cálculo de cuánto te queda en la cartera. ¿Que si es el verdadero arte? Yo diría que es solo la mitad de la ecuación. La otra mitad es saber cuándo un tenista está a punto de romper la raqueta o de comerse la pista. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Bankroll o cerebro?