Compañeros del foro, el dado gira y la vida nos pone a prueba, igual que los greens nos desafían con cada golpe. Hay días en que el viento sopla a favor y otros en que el rough parece tragarse no solo la bola, sino también nuestras certezas. Seguir los torneos de golf me ha enseñado que apostar no es solo cuestión de números o de suerte, sino de leer el terreno, de entender el momento.
A los que empiezan en este mundo les diría: no se lancen al azar como quien tira un dado sin mirar. Observen a los jugadores, estudien sus rachas, pero sobre todo, escuchen el silencio entre los golpes. Ahí está la clave, en esa pausa donde se decide si el putt va al hoyo o se desvía. No apuesten por apostar, busquen el porqué detrás de cada elección. El golf, como la vida, recompensa a quien piensa antes de actuar. Y si pierden, que sea con la cabeza alta, sabiendo que cada error es una lección disfrazada de bogey.
A los que empiezan en este mundo les diría: no se lancen al azar como quien tira un dado sin mirar. Observen a los jugadores, estudien sus rachas, pero sobre todo, escuchen el silencio entre los golpes. Ahí está la clave, en esa pausa donde se decide si el putt va al hoyo o se desvía. No apuesten por apostar, busquen el porqué detrás de cada elección. El golf, como la vida, recompensa a quien piensa antes de actuar. Y si pierden, que sea con la cabeza alta, sabiendo que cada error es una lección disfrazada de bogey.