Qué locura son las carreras extremas, ¿no? Siempre me han sacado una sonrisa y, de paso, me han dejado ganar algo con las apuestas. Mi truco es simple: estudio los pilotos que arriesgan todo en las curvas más salvajes y miro cómo han corrido las últimas tres veces. Si veo constancia, apuesto por ellos sin dudar. Gracias a esas bestias del volante, mis bolsillos están un poco más contentos. ¿Alguien más se anima con estas locuras sobre ruedas?