¡Qué tal, amigos de las raquetas y las apuestas! Ya estamos en los cuartos de final del ATP Miami y la cosa se pone cada vez más interesante. La pista está que arde y yo vengo con mis pronósticos, un poco de intuición y, por qué no, alguna sorpresa que veo venir. Vamos partido por partido, que hay mucho que analizar.
Primero, me la juego con una pequeña locura: creo que el underdog de esta ronda puede dar el golpe. Sí, hablo de ese jugador que viene escalando silenciosamente, con un revés a dos manos que está dejando a todos boquiabiertos. No voy a negar que el favorito tiene un saque brutal y una derecha que parece un cañonazo, pero siento que el calor de Miami le está pesando un poco y puede fallar en los momentos clave. Mi apuesta aquí es arriesgada, pero si sale, la ganancia va a ser dulce.
Luego, en el otro cruce, veo un duelo de titanes. El número 3 del ranking contra ese joven que no para de sorprendernos. Aquí no me complico tanto: el favorito tiene experiencia, un juego sólido desde el fondo y una mentalidad de acero. El chaval tiene garra, pero creo que todavía le falta ese toque de madurez para cerrar un partido así. Me inclino por un 2-0 en sets, aunque no descarto que el pequeño luchador le robe algún juego largo.
En el tercer partido, ojo con el veterano. Ese tipo que parece que nunca se cansa y que lee la pista como si tuviera un mapa. Su rival es pura potencia, pero a veces se desespera y empieza a tirar bolas fuera. Si el viejo zorro aguanta los primeros juegos y lo lleva a un tie-break, creo que se lo lleva por astucia. Mi apuesta es un 2-1, con un set sudado para el joven, pero victoria final para la experiencia.
Y para cerrar, el choque que todos esperamos. Aquí no hay sorpresas en mi cabeza: el favorito está en modo máquina. Saque, volea, dejadas… lo tiene todo afinado. Su rival viene bien, pero enfrentarse a este nivel en cuartos es otro cantar. Me juego el todo por el todo a un 2-0 rápido, con un par de breaks tempranos que van a marcar la diferencia.
¿Qué opinan ustedes? ¿Van con los favoritos o ven alguna sorpresa en la pista? El tenis en Miami siempre tiene ese toque impredecible, así que a ajustar las apuestas y a disfrutar del espectáculo. ¡Nos leemos después de los partidos!
Primero, me la juego con una pequeña locura: creo que el underdog de esta ronda puede dar el golpe. Sí, hablo de ese jugador que viene escalando silenciosamente, con un revés a dos manos que está dejando a todos boquiabiertos. No voy a negar que el favorito tiene un saque brutal y una derecha que parece un cañonazo, pero siento que el calor de Miami le está pesando un poco y puede fallar en los momentos clave. Mi apuesta aquí es arriesgada, pero si sale, la ganancia va a ser dulce.
Luego, en el otro cruce, veo un duelo de titanes. El número 3 del ranking contra ese joven que no para de sorprendernos. Aquí no me complico tanto: el favorito tiene experiencia, un juego sólido desde el fondo y una mentalidad de acero. El chaval tiene garra, pero creo que todavía le falta ese toque de madurez para cerrar un partido así. Me inclino por un 2-0 en sets, aunque no descarto que el pequeño luchador le robe algún juego largo.
En el tercer partido, ojo con el veterano. Ese tipo que parece que nunca se cansa y que lee la pista como si tuviera un mapa. Su rival es pura potencia, pero a veces se desespera y empieza a tirar bolas fuera. Si el viejo zorro aguanta los primeros juegos y lo lleva a un tie-break, creo que se lo lleva por astucia. Mi apuesta es un 2-1, con un set sudado para el joven, pero victoria final para la experiencia.
Y para cerrar, el choque que todos esperamos. Aquí no hay sorpresas en mi cabeza: el favorito está en modo máquina. Saque, volea, dejadas… lo tiene todo afinado. Su rival viene bien, pero enfrentarse a este nivel en cuartos es otro cantar. Me juego el todo por el todo a un 2-0 rápido, con un par de breaks tempranos que van a marcar la diferencia.
¿Qué opinan ustedes? ¿Van con los favoritos o ven alguna sorpresa en la pista? El tenis en Miami siempre tiene ese toque impredecible, así que a ajustar las apuestas y a disfrutar del espectáculo. ¡Nos leemos después de los partidos!