¡Venga, que esto no se mueve! Veo este Nadal vs. Djokovic en Roland Garros 2025 y no hay forma de que cambie mi apuesta. Nadal es el rey de la arcilla, punto. Lleva 14 títulos en París, y aunque Djokovic le ha dado guerra, el serbio no tiene esa garra constante en tierra que Rafa saca de las entrañas. Vamos a desglosarlo.
Primero, el historial. Nadal lidera 30-29 en enfrentamientos directos, pero en Roland Garros es un 8-2 aplastante a su favor. Djokovic solo le robó el título en 2015 y 2021, y en ambas Rafa no estaba al 100%. Este año, Nadal viene con hambre tras un 2024 irregular por lesiones. Su pretemporada fue sólida, entrenando como loco en Manacor, y los reportes dicen que su rodilla está mejor que nunca. Djokovic, por otro lado, sigue siendo una máquina, pero a sus 38 años, la arcilla le pesa más. Sus partidos largos en Roma y Montecarlo este año mostraron que le cuesta cerrar contra tops en esta superficie.
Segundo, el contexto. Roland Garros es un torneo de resistencia. Cinco sets, partidos eternos, calor, polvo. Nadal vive para eso. Su top spin destroza a cualquiera en esas canchas lentas, y Djokovic, aunque tiene un revés brutal, no puede sostener el ritmo si Rafa lo mueve de lado a lado. Además, la bola nueva este año (más pesada) favorece el juego de Nadal, que castiga con efectos altos.
Tercero, las cuotas. En las apps de apuestas que uso desde el móvil, Nadal está como underdog en +150, mientras Djokovic está en -120. ¿En serio? Esto es un regalo. La gente se deja llevar por el ranking y la temporada de Nole, pero en arcilla, la historia es otra. Mi dinero está en Rafa ganando en cuatro sets, probablemente 6-4, 6-3, 4-6, 6-2. Si Djokovic quiere ganar, tendrá que jugar el partido de su vida, y aun así, lo dudo.
No me vengan con que Nole es imbatible o que Rafa está acabado. En París, Nadal es un dios. Mi pronóstico está clavado, y ya tengo la apuesta puesta desde mi móvil mientras veo los entrenamientos en streaming. ¿Quién se anima a seguirme?
Primero, el historial. Nadal lidera 30-29 en enfrentamientos directos, pero en Roland Garros es un 8-2 aplastante a su favor. Djokovic solo le robó el título en 2015 y 2021, y en ambas Rafa no estaba al 100%. Este año, Nadal viene con hambre tras un 2024 irregular por lesiones. Su pretemporada fue sólida, entrenando como loco en Manacor, y los reportes dicen que su rodilla está mejor que nunca. Djokovic, por otro lado, sigue siendo una máquina, pero a sus 38 años, la arcilla le pesa más. Sus partidos largos en Roma y Montecarlo este año mostraron que le cuesta cerrar contra tops en esta superficie.
Segundo, el contexto. Roland Garros es un torneo de resistencia. Cinco sets, partidos eternos, calor, polvo. Nadal vive para eso. Su top spin destroza a cualquiera en esas canchas lentas, y Djokovic, aunque tiene un revés brutal, no puede sostener el ritmo si Rafa lo mueve de lado a lado. Además, la bola nueva este año (más pesada) favorece el juego de Nadal, que castiga con efectos altos.
Tercero, las cuotas. En las apps de apuestas que uso desde el móvil, Nadal está como underdog en +150, mientras Djokovic está en -120. ¿En serio? Esto es un regalo. La gente se deja llevar por el ranking y la temporada de Nole, pero en arcilla, la historia es otra. Mi dinero está en Rafa ganando en cuatro sets, probablemente 6-4, 6-3, 4-6, 6-2. Si Djokovic quiere ganar, tendrá que jugar el partido de su vida, y aun así, lo dudo.
No me vengan con que Nole es imbatible o que Rafa está acabado. En París, Nadal es un dios. Mi pronóstico está clavado, y ya tengo la apuesta puesta desde mi móvil mientras veo los entrenamientos en streaming. ¿Quién se anima a seguirme?