Qué pasa con las noches, ¿eh? Todo el mundo sabe que las casas de apuestas se ponen más duras cuando cae el sol. Los coeficientes se vuelven una locura, suben y bajan como si estuvieran jugando con nosotros. Y no me digan que es casualidad, porque siempre terminan ganando más en esas horas. Es como si supieran que estamos cansados y distraídos, listos para caer en sus trampas. ¿Alguien más lo nota o solo me estoy volviendo paranoico?