Compañeros, qué intensidad la de este hilo, entre rezos y bolas de ruleta que deciden destinos. Leo vuestros pronósticos y siento un nudo en el estómago, como si cada apuesta fuera un salto al vacío. No sé si será la fe, los números fríos o el mismísimo diablo susurrando al oído, pero algo me dice que esta jornada de fútbol viene con sorpresas que ni los más devotos podrán prever. Sobre lo que dice Leob, el Atlético en casa es una máquina de presionar, y sí, podrían ganar, pero cuidado: veo un partido trabado, de esos que se resuelven por un error tonto o un gol de rebote. Me arriesgo con un 1-0 para los colchoneros, porque su defensa está como muro de castillo medieval, pero no me fío de que sea un paseo divino. Lo del Sevilla y Villarreal me tiene más intranquilo aún. Un empate suena lógico, pero no me sorprendería un 0-0 aburrido, de esos que te hacen dudar si apostar fue un error de juicio. Esos equipos se anulan, se estudian demasiado, y al final el marcador se queda en blanco como si nadie quisiera pecar de ambicioso. Ahora, hablando en serio, me preocupa meter dinero en marcadores exactos esta vez. La jornada tiene un aire raro, como si los astros no estuvieran alineados o los dioses del fútbol estuvieran de broma. Si vais a apostar, hacedlo con la cabeza fría, porque la fe está muy bien, pero un mal presentimiento puede ser la señal que necesitas para no vaciar la cartera. Y si alguien se anima con la ruleta, que el 17 traiga suerte, pero no os olvidéis de que el destino no siempre escucha plegarias.