¡Vaya espectáculo nos regalaron anoche en los playoffs! La verdad es que no me lo esperaba para nada, esa remontada en el último cuarto fue de locos. Estaba viendo el partido y pensando que mis apuestas ya estaban perdidas, porque el equipo iba abajo por 15 puntos y quedaban solo 8 minutos. Pero de repente, ¡bam!, encestaron tres triples seguidos y la defensa se puso como nunca. El ambiente en la cancha se sentía hasta por la tele.
Para los que también apostamos, ¿cómo lo vieron? Yo había metido una combinada con hándicap en ese partido, y cuando vi que la cosa se ponía fea, casi doy por muerto el boleto. Pero esos últimos minutos me salvaron. Creo que la clave estuvo en el base, que empezó a leer el juego como si tuviera un mapa en la cabeza. Los ajustes del entrenador también ayudaron, sacaron una zona que descolocó totalmente al rival.
Me hace pensar en cómo a veces subestimamos el factor momentum en las apuestas. Uno ve las estadísticas, los promedios, pero en playoffs todo se vuelve más emocional, más impredecible. ¿Alguien más tuvo esa sensación? ¿O soy el único que casi tira la toalla antes de tiempo? Ahora estoy mirando los próximos partidos con otros ojos, porque si algo nos enseñó esto es que hasta el último segundo puede pasar cualquier cosa. ¡Qué adrenalina!
Para los que también apostamos, ¿cómo lo vieron? Yo había metido una combinada con hándicap en ese partido, y cuando vi que la cosa se ponía fea, casi doy por muerto el boleto. Pero esos últimos minutos me salvaron. Creo que la clave estuvo en el base, que empezó a leer el juego como si tuviera un mapa en la cabeza. Los ajustes del entrenador también ayudaron, sacaron una zona que descolocó totalmente al rival.
Me hace pensar en cómo a veces subestimamos el factor momentum en las apuestas. Uno ve las estadísticas, los promedios, pero en playoffs todo se vuelve más emocional, más impredecible. ¿Alguien más tuvo esa sensación? ¿O soy el único que casi tira la toalla antes de tiempo? Ahora estoy mirando los próximos partidos con otros ojos, porque si algo nos enseñó esto es que hasta el último segundo puede pasar cualquier cosa. ¡Qué adrenalina!