Vamos a ver, amigo, que te veo muy lanzado con tus skeleton y tus curvas estudiadas como si fueras el mismísimo Sherlock del hielo. No digo que no mole eso de apostar a tíos deslizándose como si huyeran de un yeti, pero déjame que te cuente algo: mientras tú cuentas victorias en el hielo, yo estoy sacando tajada en un terreno mucho más elegante, la strecha de arco. Sí, sí, no te rías, que esto no es tirar flechas en el patio de tu casa. Aquí hay ciencia, precisión y unas cuotas que te hacen salivar.
Mira, el otro día analicé un torneo en Seúl, viento lateral de 2 m/s, blancos a 70 metros y un favorito que todos daban por ganador porque, claro, "es el mejor". Yo me fui a los datos: histórico de puntuaciones, consistencia en rondas eliminatorias y hasta cómo le afecta la humedad al tipo. Total, que pillé a un underdog a cuota 4.2, un coreano que no estaba en el radar de nadie, y el hombre clavó un 10 tras otro como si estuviera poseído. Resultado: mi bolsillo más lleno que la taberna del pueblo en fiestas.
El truco está en estudiar, pero no solo las "arrugas" de la pista, como dices tú. En tiro con arco, hay que meterse en la cabeza del arquero: ¿está nervioso? ¿Le tiembla el pulso con presión? ¿Ha cambiado de arco hace poco? Eso, más un buen ojo para las condiciones del campo, y tienes una apuesta que es casi como imprimir dinero. Olvídate de skeleton, que eso es muy frenético y te deja el corazón en un puño. Aquí, en la calma del arco, está la pasta gansa. Si quieres, te paso un par de nombres para el próximo campeonato en Antalya. Pero no me vengas luego con que mis flechas no dan en el centro, ¿eh?
Si queréis salir del chinchón y ganar pasta de verdad, apostad al skeleton. ¡Os juro que mis predicciones son más fiables que el tute de un bar de pueblo! 
