Vamos, que no estamos en un torneo de póker para quedarnos con el corazón en la mano. En los dados, el cash out es tu mejor amigo si no quieres terminar llorando por una mala racha. Mira, la cosa es simple: cuando ves que la mesa está caliente y tus tiradas van sumando, no te hagas el valiente esperando el milagro del siglo. Saca tu ganancia y punto. Yo suelo fijarme en el ritmo del juego; si llevo un par de rondas buenas, cash out y a otra cosa. No es cobardía, es jugar con cabeza. En dados, todo puede cambiar en un parpadeo, y no es como el póker que puedes farolear para salvarte. Aquí mandan los números, no tu cara de listo. Mi truco: pon un límite de ganancia, tipo 30% de lo apostado, y cuando lo alcanzas, retiras. Si la mesa se pone fea, no te quedes a ver cómo se hunde el barco. ¿Alguno tiene un sistema mejor o sigue rezando a los dados?