¿Qué tal si le damos un giro a la apuesta? Mientras todos están pensando si el ciclista se estrella antes de llegar al casino, yo digo que lo interesante está en los detalles. Imaginen a este pobre tipo pedaleando como loco en el Tour, con el viento en contra y las piernas gritándole que pare, y nosotros aquí, con una cerveza en la mano, calculando si se cae en la curva o si aguanta hasta la recta final. No sé ustedes, pero yo me fijo en las estadísticas: el año pasado, en las etapas de montaña, el 60% de los favoritos tuvieron algún tropiezo antes del kilómetro 100. Y no hablo solo de caídas espectaculares, a veces es un pinchazo traicionero o un error táctico que los saca del juego.
Ahora, llevemos esto al casino. Si el tipo se cae, ¿qué tal apostar a que entra directo a la ruleta con la adrenalina a tope y pone todo en el rojo? Las probabilidades de que pierda la cabeza después de una etapa dura son altas, y las de que nosotros ganemos algo viéndolo, aún más. Yo diría que Froome, si estuviera en forma, sería de los que se la juega en la mesa después de bajarse de la bici, pero con los nuevos chicos como Pogačar, apuesto a que se estrella antes y ni llega al casino. ¿Qué opinan? ¿Se animan a meterle unas fichas a esta locura o prefieren quedarse con el blackjack tranquilo?
Ahora, llevemos esto al casino. Si el tipo se cae, ¿qué tal apostar a que entra directo a la ruleta con la adrenalina a tope y pone todo en el rojo? Las probabilidades de que pierda la cabeza después de una etapa dura son altas, y las de que nosotros ganemos algo viéndolo, aún más. Yo diría que Froome, si estuviera en forma, sería de los que se la juega en la mesa después de bajarse de la bici, pero con los nuevos chicos como Pogačar, apuesto a que se estrella antes y ni llega al casino. ¿Qué opinan? ¿Se animan a meterle unas fichas a esta locura o prefieren quedarse con el blackjack tranquilo?