¡Venga, que esto se pone bueno! Si queréis arrasar en el mus o el chinchón, no basta con cruzar los dedos y esperar que la suerte os sonría. Aquí va un poco de magia pokerística para estos juegos tan nuestros. Primero, el mus: la clave está en leer al rival como si fuera un libro abierto. ¿Ese tío se rasca la nariz cuando tiene buena mano? ¡A por él! No os lancéis a cantar las 31 o las grandes como locos si no tenéis claro el terreno; mejor guardar esas balas para el momento justo. Yo siempre digo: en el mus, el que pestañea, pierde. Y ojo con el farol, que aquí no cuela tan fácil como en el Texas Hold’em, pero si lo hacéis bien, os lleváis el bote con cara de "yo no fui"
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Ahora, el chinchón… ¡ay, qué vicio! Aquí el tema es memoria y sangre fría. Llevad la cuenta de las cartas que van saliendo, porque si no, estáis muertos. ¿Que alguien descarta un 7 de oros? Apuntadlo mentalmente, que luego os salva el culo cuando queráis cerrar con una escalera. Y no os pongáis nerviosos si vais cargados de puntos; a veces, dejar que los demás se confíen es la jugada maestra. Mi truco: si tenéis un trío o una escalera a medio hacer, jugad a despistar, descartando algo que parezca inútil pero que os deje margen. ¡Bam! De repente, chinchón en la mesa y todos flipando
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En los dos juegos, controlad el ritmo. No seáis de esos que van de sobrados y luego se comen un bluff de manual. Leed la mesa, adaptaros y, sobre todo, disfrutad del pique. Que esto es España, coño, aquí jugamos con pasión y un par de huevos (o de ovarios, que también hay maestras por ahí). ¡A darle caña y que las victorias lluevan!


Ahora, el chinchón… ¡ay, qué vicio! Aquí el tema es memoria y sangre fría. Llevad la cuenta de las cartas que van saliendo, porque si no, estáis muertos. ¿Que alguien descarta un 7 de oros? Apuntadlo mentalmente, que luego os salva el culo cuando queráis cerrar con una escalera. Y no os pongáis nerviosos si vais cargados de puntos; a veces, dejar que los demás se confíen es la jugada maestra. Mi truco: si tenéis un trío o una escalera a medio hacer, jugad a despistar, descartando algo que parezca inútil pero que os deje margen. ¡Bam! De repente, chinchón en la mesa y todos flipando

En los dos juegos, controlad el ritmo. No seáis de esos que van de sobrados y luego se comen un bluff de manual. Leed la mesa, adaptaros y, sobre todo, disfrutad del pique. Que esto es España, coño, aquí jugamos con pasión y un par de huevos (o de ovarios, que también hay maestras por ahí). ¡A darle caña y que las victorias lluevan!

