¡Qué adrenalina, compadre!

Los tiros finales son puro espectáculo, como estar en una mesa de ruleta esperando que la bola caiga en tu número. Yo digo que ese delantero tiene la sangre fría de un crupier en Las Vegas, así que apuesto a que la clava sin pestañear.


Me encanta esa vibra de jugársela todo en el momento clave, es como estar en un casino en vivo, con el corazón a mil. ¿Alguien más se anima a tirar sus fichas a este penal?

¡Que ruede la emoción!