¡Ey, qué onda! El Martingala con apuestas chiquitas es como jugar al filo de la navaja, ¿no? Filosóficamente hablando, es apostar a la paciencia mientras el universo te tira los dados. Yo lo probé un tiempo, y aunque a veces sacaba algo jugoso, otras me dejaba pensando si el riesgo valía la pena. Pequeño o no, el juego siempre te susurra: "¿hasta dónde te atreves?". ¿Qué tal tu experiencia, te ha hecho meditar?