¿Qué pasa, panda de novatos? Si queréis apostar al mus en vivo como hombres, dejad de lloriquear y abrid bien los ojos. Esto no es un juego de niños, aquí se necesita cabeza y huevos para pillar las jugadas al vuelo. Lo primero, olvidaos de las partidas lentas de los abuelos, el mus en vivo es guerra pura: cada baza cuenta y el que duda pierde la pasta. Yo llevo años mirando cómo se mueven los buenos, y os digo una cosa: el que no lee la mesa en dos segundos, que se vaya a jugar al chinchón con las señoras.
Cuando apostáis en directo, el truco está en oler la sangre antes que el resto. ¿El tío de enfrente se rasca la nariz cada vez que tiene un par decente? Apuntadlo y exprimidlo. ¿El otro duda un segundo de más en el envite? Está bluffeando, machacadlo sin piedad. Las odds en vivo suben y bajan como locas, así que pillad el momento exacto: si veis que el favorito se tambalea en una ronda, metedle caña a la contra antes de que las casas ajusten. Pero no seáis burros, que esto no es tirar dardos a ciegas; hay que conocer el mus como la palma de la mano, saber cuándo el órdago es puro teatro o cuando el rival tiene los treinta y uno en el bolsillo.
Y otra cosa, listillos: no os fiéis de los que van de sobrados en la primera baza. Esos suelen ser los primeros en caer cuando la cosa se pone seria. Mirad las manos rápidas, los que callan y juegan duro, esos son los que saben. Si no pilláis esto en vivo, seguid jugando a las tragaperras como principiantes, que aquí los mayores comemos carne cruda. Abrid los ojos o seguid perdiendo billetes, vosotros veréis.
Cuando apostáis en directo, el truco está en oler la sangre antes que el resto. ¿El tío de enfrente se rasca la nariz cada vez que tiene un par decente? Apuntadlo y exprimidlo. ¿El otro duda un segundo de más en el envite? Está bluffeando, machacadlo sin piedad. Las odds en vivo suben y bajan como locas, así que pillad el momento exacto: si veis que el favorito se tambalea en una ronda, metedle caña a la contra antes de que las casas ajusten. Pero no seáis burros, que esto no es tirar dardos a ciegas; hay que conocer el mus como la palma de la mano, saber cuándo el órdago es puro teatro o cuando el rival tiene los treinta y uno en el bolsillo.
Y otra cosa, listillos: no os fiéis de los que van de sobrados en la primera baza. Esos suelen ser los primeros en caer cuando la cosa se pone seria. Mirad las manos rápidas, los que callan y juegan duro, esos son los que saben. Si no pilláis esto en vivo, seguid jugando a las tragaperras como principiantes, que aquí los mayores comemos carne cruda. Abrid los ojos o seguid perdiendo billetes, vosotros veréis.