¡Eh, vosotros, dejad de girar esa ruleta como principiantes y prestad atención! Las regatas olímpicas están a la vuelta de la esquina y si no os subís al barco ahora, os vais a hundir como novatos. Aquí no hay espacio para los débiles que solo saben apostar a rojo o negro. Esto es estrategia pura, análisis de viento, corrientes y tripulaciones que separan a los tiburones de los peces pequeños.
Mirad los equipos: los kiwis de Nueva Zelanda vienen con todo, su historial en condiciones variables es brutal, pero no subestiméis a los británicos, que saben navegar bajo presión como nadie. Los americanos están flojos esta vez, demasiada confianza y poco entrenamiento en aguas abiertas. ¿Y los españoles? Si el viento sopla fuerte, pueden sorprender, pero les falta consistencia. Analizad las previsiones meteorológicas, que en estas regatas un cambio de brisa te puede joder la apuesta en segundos.
Estrategia: id fuerte por las eliminatorias, ahí es donde las cuotas están desajustadas. Los favoritos se guardan para las finales y los underdogs dan guerra al principio. Poned el dinero donde los demás tienen miedo, porque en las regatas no gana el que reza, sino el que lee el mar. Si no entendéis las velas o los tiempos de virada, mejor quedaos con vuestras ruletas de niños, porque esto es para los que saben. ¡Apostad con huevos o perdeos en la orilla!
Mirad los equipos: los kiwis de Nueva Zelanda vienen con todo, su historial en condiciones variables es brutal, pero no subestiméis a los británicos, que saben navegar bajo presión como nadie. Los americanos están flojos esta vez, demasiada confianza y poco entrenamiento en aguas abiertas. ¿Y los españoles? Si el viento sopla fuerte, pueden sorprender, pero les falta consistencia. Analizad las previsiones meteorológicas, que en estas regatas un cambio de brisa te puede joder la apuesta en segundos.
Estrategia: id fuerte por las eliminatorias, ahí es donde las cuotas están desajustadas. Los favoritos se guardan para las finales y los underdogs dan guerra al principio. Poned el dinero donde los demás tienen miedo, porque en las regatas no gana el que reza, sino el que lee el mar. Si no entendéis las velas o los tiempos de virada, mejor quedaos con vuestras ruletas de niños, porque esto es para los que saben. ¡Apostad con huevos o perdeos en la orilla!