¡Venga, amigos, que el caos nos guíe! Mientras unos giran la ruleta buscando el rojo o el negro, yo me pierdo en el césped imaginando el próximo scrum. ¿Habéis visto el partido del sábado pasado? Ese tackle en el minuto 72 me tuvo al borde del asiento, y la apuesta al ganador en el último cuarto fue un subidón. La ruleta tiene su gracia, sí, pero analizar un partido de rugby es como jugar con la cabeza y el corazón al mismo tiempo. ¿Quién necesita una estrategia fija cuando puedes leer el caos del juego? Aunque, confieso, a veces me tienta dejarlo todo a la suerte y ver si la bola cae en el 13. ¿Qué preferís vosotros, el giro o el placaje?