¡Venga, señores, que esto de apostar en la NBA no es solo cosa de suerte! Aquí entre nosotros, he estado echándole un ojo a las tendencias de esta temporada y hay cositas que brillan más que las luces de Las Vegas. Primero, miren cómo los equipos grandes como los Lakers o los Celtics están jugando fuera de casa. No sé si es el jet lag o que las camas de los hoteles no son tan cómodas, pero sus números bajan un pelín cuando están de gira. Esto es oro puro para los que apostamos al under en puntos totales.
Y hablando de puntos, ¿han visto lo que pasa con los novatos este año? Chet Holmgren y compañía están dando guerra, pero cuando les toca enfrentarse a defensas duras como las de los Bucks o los Heat, se les apaga la chispa. Ahí es donde entra el juego: pillar una apuesta en vivo cuando el mercado aún no se ha dado cuenta de que el chaval no va a meter 20 puntos esa noche. Las casas de apuestas a veces tardan en ajustar esas líneas, y eso es como encontrar un billete de 100 en el suelo.
Otra cosa que me tiene flipando es cómo los entrenadores están rotando a sus estrellas. Popovich con los Spurs sigue siendo el rey de despistar, sacando a sus titulares en el momento menos pensado. Si te fijas en los últimos cinco partidos, ves que los minutos de Wembanyama suben cuando juegan contra rivales directos en la conferencia. ¿Coincidencia? Yo creo que no. Eso te da una ventaja si apuestas a los rebotes o al over de puntos en el momento justo.
Y no me hagan hablar de los árbitros, que eso es otro show. Hay un par de ellos que silban faltas como si estuvieran repartiendo caramelos en Halloween. Cuando pitan tipos como Tony Brothers, las líneas de faltas personales se disparan, y los tiros libres son un festival. Si pillas un partido con ese perfil, el over en puntos totales es casi un regalo del cielo.
En fin, esto no es magia ni un truco de crupier en la ruleta. Es mirar los números, los calendarios y hasta el humor de los entrenadores en las ruedas de prensa. La próxima vez que vayan a meterle dinero a un partido, échenle un ojo a estas cositas y verán cómo la banca no siempre gana. ¿Quién se anima a probarlo este finde? ¡Que las ganancias nos pillen confesados!
Y hablando de puntos, ¿han visto lo que pasa con los novatos este año? Chet Holmgren y compañía están dando guerra, pero cuando les toca enfrentarse a defensas duras como las de los Bucks o los Heat, se les apaga la chispa. Ahí es donde entra el juego: pillar una apuesta en vivo cuando el mercado aún no se ha dado cuenta de que el chaval no va a meter 20 puntos esa noche. Las casas de apuestas a veces tardan en ajustar esas líneas, y eso es como encontrar un billete de 100 en el suelo.
Otra cosa que me tiene flipando es cómo los entrenadores están rotando a sus estrellas. Popovich con los Spurs sigue siendo el rey de despistar, sacando a sus titulares en el momento menos pensado. Si te fijas en los últimos cinco partidos, ves que los minutos de Wembanyama suben cuando juegan contra rivales directos en la conferencia. ¿Coincidencia? Yo creo que no. Eso te da una ventaja si apuestas a los rebotes o al over de puntos en el momento justo.
Y no me hagan hablar de los árbitros, que eso es otro show. Hay un par de ellos que silban faltas como si estuvieran repartiendo caramelos en Halloween. Cuando pitan tipos como Tony Brothers, las líneas de faltas personales se disparan, y los tiros libres son un festival. Si pillas un partido con ese perfil, el over en puntos totales es casi un regalo del cielo.
En fin, esto no es magia ni un truco de crupier en la ruleta. Es mirar los números, los calendarios y hasta el humor de los entrenadores en las ruedas de prensa. La próxima vez que vayan a meterle dinero a un partido, échenle un ojo a estas cositas y verán cómo la banca no siempre gana. ¿Quién se anima a probarlo este finde? ¡Que las ganancias nos pillen confesados!