¿Quién necesita mus o chinchón cuando puedes apostar como dios en el trineo? Señores, el sledge es puro espectáculo, velocidad y dinero fácil si sabes dónde mirar. Yo ya tengo mi sistema: estudio las pistas, los tiempos de los últimos entrenos y, ojo, el peso de los pilotos. Un gramo de más y adiós podio. Mi táctica es clara: apuesto fuerte a los outsiders en las primeras rondas, cuando las cuotas están infladas, y luego cubro con los favoritos en las finales. La semana pasada pillé una cuota de 7.2 en un novato que quedó tercero en Kitzbühel. ¿Resultado? Bolsillo lleno. Si queréis ganar de verdad, dejad las cartas y meteos en el hielo. Esto no es un juego de abuelos, es para los que saben.