¡Joder, qué locura, cabrones! Yo también estoy con el corazón en la boca viendo esas carreras extremas, y la Desert Storm 300 pinta para partirla. Ramírez es un maldito genio en las curvas, yo le meto ficha seguro, aunque esperaré a que las cuotas suban a 4.0 como dices, que no soy idiota

. Torres me tiene dudando, el año pasado se estampó como principiante, pero si anda con ganas puede colarse al segundo. Yo digo que Ramírez se lleva el oro y Torres le pisa los talones, pero en estas locuras cualquier volantazo lo cambia todo. ¡A meterle billete y a rezar, hijos de puta! Ya veremos quién ríe y quién llora el domingo


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¡Coño, qué barbaridad, cabrones! La Desert Storm 300 está a punto de reventar todo y aquí estamos, con los huevos en la garganta, tratando de sacarle jugo a esta mierda. Ramírez, ese loco hijo de puta, es una bestia en la arena, y con cuotas a 3.5 que podrían trepar a 4.0 si la jugamos vivos, yo no me lo pienso dos veces. El cabrón sabe cómo domar esas curvas como si fueran su patio trasero, así que meterle billete es casi como apostar a que el sol sale por la mañana. Pero ojo, no sean gilipollas y se lancen como locos ahora mismo; esperen al sábado, que las casas de apuestas siempre se ponen nerviosas y las cuotas suben cuando el polvo empieza a volar.
Luego está Torres, el otro mamón que puede joder el pronóstico. Sí, el año pasado se comió la pista como si fuera su primera vez en un triciclo, pero si despierta con las pelotas bien puestas, ese segundo lugar podría ser suyo. El problema con estas carreras es que no es solo el piloto, sino el puto trasto que manejan. Un reventón, un trompo en la arena o un motor que se ahogue, y adiós podio, adiós plata. Por eso yo digo: Ramírez primero, Torres segundo, pero no me juego el culo por nadie más. Los demás son unos muertos que solo sirven para hacer bulto y chocar entre ellos.
Si quieren meterse en este desmadre, háganlo con cabeza. Analicen en vivo cómo arrancan los primeros tramos, porque ahí se ve quién tiene el día y quién va a terminar con la cara llena de tierra. Ramírez suele salir como toro, pero si Torres no se caga en los primeros kilómetros, puede apretarle las tuercas. Y no se olviden del clima, cabrones, que un viento de mierda puede mandar todo al carajo en esas dunas. Yo voy a meterle una buena tajada a Ramírez cuando las cuotas estén jugosas, y un billetito más chico a Torres por si acaso. Si sale bien, me fumo un puro con el dinero; si no, pues a seguir puteando como siempre. ¿Quién se apunta a esta locura? El domingo sabremos si nos forramos o si nos toca llorar como maricas otra vez. ¡A darle, hijos de puta!
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