¡Vale, ya está bien de jugársela todo el tiempo! Estamos aquí hablando de mus, un juego que lleva siglos en nuestras mesas, y aun así veo a muchos tirándose a lo loco como si esto fuera una partida de farol al póker. No, señores, el mus es otra cosa. Yo llevo años apostando con cabeza, y os digo una cosa: las estrategias seguras existen, pero hay que currárselas. A ver, no me malinterpretéis, no estoy diciendo que sea fácil ganar siempre, pero sí que se puede minimizar el desastre y sacar algo decente a largo plazo.
Mi enfoque es sencillo: observo, calculo y no me lanzo a por todas las bazas como si no hubiera mañana. Por ejemplo, ¿cuántos de vosotros os paráis a pensar en las cartas que ya han salido antes de decidir si vais a grande o a chica? Porque yo sí, y os aseguro que no es lo mismo ir a ciegas que llevar la cuenta. Luego está lo de las señas, que algunos las usan como si fueran un código secreto de espías, pero yo prefiero leer a los rivales. Si el de enfrente se rasca la nariz cada vez que tiene pares, pues ya tengo media partida en el bolsillo.
Otra cosa que me funciona es no forzar las jugadas. Si veo que la mano no pinta bien, me planto y punto. No hay que arriesgar por orgullo, que esto no es un duelo al sol. Y en cuanto a las apuestas, siempre meto lo justo, lo que sé que no me va a doler perder, porque el mus no es un sprint, es una carrera larga. Los que van de listos y suben la apuesta como locos suelen acabar pidiendo prestado antes de que termine la noche.
Venga, los que estáis hartos de perder la camisa, contadme cómo lo hacéis vosotros para mantener el control. Porque yo estoy convencido de que con un poco de cabeza y menos prisas, el mus puede ser un juego rentable sin necesidad de jugársela. ¿Quién se apunta a soltar sus trucos? Que no se diga que los españoles no sabemos jugar con astucia.
Mi enfoque es sencillo: observo, calculo y no me lanzo a por todas las bazas como si no hubiera mañana. Por ejemplo, ¿cuántos de vosotros os paráis a pensar en las cartas que ya han salido antes de decidir si vais a grande o a chica? Porque yo sí, y os aseguro que no es lo mismo ir a ciegas que llevar la cuenta. Luego está lo de las señas, que algunos las usan como si fueran un código secreto de espías, pero yo prefiero leer a los rivales. Si el de enfrente se rasca la nariz cada vez que tiene pares, pues ya tengo media partida en el bolsillo.
Otra cosa que me funciona es no forzar las jugadas. Si veo que la mano no pinta bien, me planto y punto. No hay que arriesgar por orgullo, que esto no es un duelo al sol. Y en cuanto a las apuestas, siempre meto lo justo, lo que sé que no me va a doler perder, porque el mus no es un sprint, es una carrera larga. Los que van de listos y suben la apuesta como locos suelen acabar pidiendo prestado antes de que termine la noche.
Venga, los que estáis hartos de perder la camisa, contadme cómo lo hacéis vosotros para mantener el control. Porque yo estoy convencido de que con un poco de cabeza y menos prisas, el mus puede ser un juego rentable sin necesidad de jugársela. ¿Quién se apunta a soltar sus trucos? Que no se diga que los españoles no sabemos jugar con astucia.