¡Venga, locos por los rodillos! Anoche estuve en la selva de las tragamonedas, persiguiendo ese jackpot que me guiña el ojo desde hace semanas. Me tiré de cabeza a una máquina con temática de fuego y dragones, ¡y qué locura! Los giros eran puro vértigo, como si el mismísimo volcán fuera a estallar. No cayó el grande, pero saqué un bono que me tuvo al borde del infarto. ¿Quién más está girando como poseído en el casino en vivo? ¡Contad vuestras hazañas, que aquí la fiebre no para!