Hola a todos, qué semana tan dura para los que seguimos el triatlón y las apuestas. El último evento nos dejó con un sabor amargo, ¿verdad? Venía analizando las cuotas y los favoritos desde hace días, y todo apuntaba a que los nombres grandes se llevarían los primeros puestos. Pero, como ya sabemos, el triatlón no perdona errores, ni en la pista ni en las casas de apuestas.
Empecemos por el nado. Pensé que los tiempos de salida serían clave, y puse mis fichas en Fernández porque su historial en aguas abiertas es casi impecable. Las cuotas estaban en 2.10, bastante sólidas, pero no conté con ese oleaje inesperado que lo dejó rezagado desde el minuto uno. Ahí ya se empezó a torcer todo. Luego, en la bici, creí que Gómez recuperaría terreno; su potencia en subidas siempre ha sido su fuerte y las casas lo daban a 1.85. Pero ese pinchazo en el kilómetro 20... en fin, un desastre que ni el mejor analista podía prever.
Y la carrera a pie, qué puedo decir. Aposté por Díaz porque su resistencia suele brillar en finales apretados, con una cuota de 2.35 que me parecía un regalo. Pero esas piernas no respondieron, se notaba que el cansancio del segmento anterior lo había destrozado. Mientras tanto, los outsiders como Morales, que estaban en 5.50, aprovecharon el caos y se colaron en el podio. Una lección cara: las cuotas bajas no garantizan nada cuando el día se pone feo.
Revisando los números post-carrera, está claro que subestimé el factor humano. Las estadísticas y las tendencias están bien, pero el triatlón es impredecible. ¿Cuántos de vosotros también se quemaron con los favoritos? Creo que toca replantear la estrategia para la próxima: menos fe ciega en los nombres y más atención a las condiciones del día. Aunque, siendo sinceros, duele ver cómo se esfuma el dinero en un evento que parecía "seguro". ¿Qué opináis? ¿Alguien salvó el día con una apuesta arriesgada? Necesito algo de luz después de este golpe.
Empecemos por el nado. Pensé que los tiempos de salida serían clave, y puse mis fichas en Fernández porque su historial en aguas abiertas es casi impecable. Las cuotas estaban en 2.10, bastante sólidas, pero no conté con ese oleaje inesperado que lo dejó rezagado desde el minuto uno. Ahí ya se empezó a torcer todo. Luego, en la bici, creí que Gómez recuperaría terreno; su potencia en subidas siempre ha sido su fuerte y las casas lo daban a 1.85. Pero ese pinchazo en el kilómetro 20... en fin, un desastre que ni el mejor analista podía prever.
Y la carrera a pie, qué puedo decir. Aposté por Díaz porque su resistencia suele brillar en finales apretados, con una cuota de 2.35 que me parecía un regalo. Pero esas piernas no respondieron, se notaba que el cansancio del segmento anterior lo había destrozado. Mientras tanto, los outsiders como Morales, que estaban en 5.50, aprovecharon el caos y se colaron en el podio. Una lección cara: las cuotas bajas no garantizan nada cuando el día se pone feo.
Revisando los números post-carrera, está claro que subestimé el factor humano. Las estadísticas y las tendencias están bien, pero el triatlón es impredecible. ¿Cuántos de vosotros también se quemaron con los favoritos? Creo que toca replantear la estrategia para la próxima: menos fe ciega en los nombres y más atención a las condiciones del día. Aunque, siendo sinceros, duele ver cómo se esfuma el dinero en un evento que parecía "seguro". ¿Qué opináis? ¿Alguien salvó el día con una apuesta arriesgada? Necesito algo de luz después de este golpe.