¡Qué locura de día fue ese! Estaba viendo el campeonato de patinaje artístico, con los nervios a flor de piel, porque había apostado fuerte por una patinadora que venía sorprendiendo en las últimas competiciones. No era la favorita, pero algo en su estilo, esa elegancia en los giros y la fuerza en los saltos, me decía que podía dar el golpe. La apuesta era arriesgada, lo sé, pero a veces hay que confiar en el instinto.
La competencia empezó y todo iba bien, pero cuando llegó su turno, el ambiente cambió. Cada movimiento era perfecto, como si el hielo estuviera hecho para ella. El triple axel que lanzó en la segunda mitad del programa me hizo saltar del sofá, ¡no podía creerlo! La adrenalina me tenía temblando mientras los jueces daban las puntuaciones. Y entonces, ¡boom! La pantalla mostró su nombre en el primer lugar. Mi apuesta se multiplicó por cinco, y yo gritando como loco en medio de la sala.
No es solo el dinero, aunque claro que ayuda, sino esa sensación de haber acertado, de haber visto lo que otros no. Fue como si yo también hubiera patinado con ella, girando en cada salto. Ahora estoy mirando los próximos eventos, analizando programas cortos y largos, porque esto del patinaje artístico y las apuestas es un vicio que no pienso soltar. Si alguien tiene datos sobre el próximo Grand Prix, ¡que me avise! Estoy listo para volver a sentir esa emoción.
La competencia empezó y todo iba bien, pero cuando llegó su turno, el ambiente cambió. Cada movimiento era perfecto, como si el hielo estuviera hecho para ella. El triple axel que lanzó en la segunda mitad del programa me hizo saltar del sofá, ¡no podía creerlo! La adrenalina me tenía temblando mientras los jueces daban las puntuaciones. Y entonces, ¡boom! La pantalla mostró su nombre en el primer lugar. Mi apuesta se multiplicó por cinco, y yo gritando como loco en medio de la sala.
No es solo el dinero, aunque claro que ayuda, sino esa sensación de haber acertado, de haber visto lo que otros no. Fue como si yo también hubiera patinado con ella, girando en cada salto. Ahora estoy mirando los próximos eventos, analizando programas cortos y largos, porque esto del patinaje artístico y las apuestas es un vicio que no pienso soltar. Si alguien tiene datos sobre el próximo Grand Prix, ¡que me avise! Estoy listo para volver a sentir esa emoción.